sábado, 19 de noviembre de 2011


Fue un despertar inesperadamente dulce.El tenia la costumbre de levantarse muy temprano.La miro y aparto sus cabellos con suavidad, observando su fino rostro.Ella siempre se veia imperfecciones, pero él estaba rendido a ese rostro, y a ese cuerpo.Le habia cambiado la vida.Antes era una persona sin metas, sin ilusión.Ella fue su balsamo.Siempre le habian comentado que ella era como una tormenta de verano, cálida y revitalizante.Mientras el pensaba ella desperto, y le pinzo la nariz con los dedos, con una sonrisa divertida.A pesar de las diferencias, de las peleas, de los equivocos, merecia la pena.Ambos lo sabian.Y mientras ella recorria su cuello con un dedo y el se acercaba a besarla, todos los peros dejaron de importar.
Solo eran ellos dos.Y al resto, si no le gustaba, pues que no mirara.

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