lunes, 28 de junio de 2010

Frambuesa y Canela.

Sus dedos se movian incansables sobre el teclado.Le gustaba observar como trabajaba, como se sumergia entre informes.Elle siempre se sentaba en el sofa de su despacho, con sus vaqueros gastados y su camiseta de tropecientosmil años, su pelo largo y rizado y su mirada caleidoscopica observando la profunda concentracion que podia llegar a tener Mateo.Lo admiraba, ella era incapaz de concentrarse, absolutamente incapaz.Le gustaba pensar que él equilibraba su caótica personalidad.Tan sumida estaba en sus pensamientos que no se percató de que Mateo habia dejado de trabajar.A traves del vapor de su té, que inundaba la estancia de frambuesa y canela, observo como él se quitaba la chaqueta y se sentaba a su lado, con media sonrisa picara.
-Asi que hoy te ha dado por la frambuesa eh?- Mateo respiró ese aroma que se le metia por los poros.Le gustaba, porque ella siempre olía igual que su té.Era como si se introdujera dentro de ella.
-¿En que piensas?-Le preguntó Elle, con media sonrisa, algo preocupada porque el estaba demasiado recostado y demasiado callado.Dejo el té en la mesa y se sento encima de él, como las niñas pequeñas.-En ti.-Mateo besó a Elle con vicio, metiendose en sus poros, en su piel.Se habia convertido en adicto.Y ella se dejaba llevar, se ansiaba con su cuerpo, se alimentaba de sus besos.Y en ese sofá todo lo demas quedo olvidado a parte del propio universo formado por ellos dos.Un universo que olia a frambuesa y canela.Su universo.

1 comentario:

¡Hey! Tu garabato alimenta mi felicidad.¿Me dejas uno pequeñito?